Con moderación, no hay afectación

miércoles, 25 de mayo de 2016

Las ondas de radio, afectan?

Comenzamos con un ejemplo palpable: en el Estado de Hawái los costos de la tierra son muy altos y escasas las áreas libres. Es por eso que gran cantidad de emisoras de radio, televisión, celulares y microondas, instalan sus antenas en edificios ubicados en medio de zonas urbanizadas. Como resultado de esto, las antenas de esas plantas emisoras están a sólo metros de distancia de las habitaciones de cientos de miles de habitantes.
Ese estado de cosas existía a mediados de los años 80, a partir de cuando surgieron polémicas en muchos países sobre si la radiación de Radiofrecuencia (RF) es dañina o no. Muchos informes a partir de esto  aseveran que sí tiene efectos cancerígenos y causa daños cerebrales o al aparato reproductor (ovarios y testículos) a pesar de que muchas personas aún se niegan a aceptarlo. Es obvio que hay intereses de por medio, que en muchos casos sesgan la información, pero es bueno saber de qué se trata todo esto y qué debemos hacer al respecto.


La RF puede ser absorbida, reflejada o transmitida por el cuerpo de los seres vivos. La cantidad de radiación que es absorbida por el cuerpo es importante en la determinación de cuáles son los niveles peligrosos. La extensión y penetración de la radiación de RF depende de factores como masa del cuerpo humano, longitud de la onda y duración de la irradiación.
Puede producir varios efectos biológicos, que han sido estudiados sobre todo en animales. En ellos se ha comprobado que la alta irradiación produce calentamiento de las células y de los tejidos y aumenta la temperatura del cuerpo. La absorción de RF al calentar los tejidos puede causar daños similares a los producidos por el sol, pero también han sido reportados daños debido a efectos no térmicos, incluyendo los causados en el sistema nervioso, pero se necesita mayor investigación sobre este punto. En pruebas realizadas en ratas, se determinó que éstas sufrían crecimiento anormal de las glándulas suprarrenales y un aumento en la incidencia de tumores.
Esta emisión de radiación puede producir también cambios eléctricos en la membrana de todas las células del cuerpo, alterando los flujos celulares de algunos iones, sobre todo el calcio, lo que podría tener efectos biológicos importantes.
Hay dudas sobre el posible efecto acumulativo del aumento de la temperatura corporal a largo plazo.
Aunque es indudable que ejercen efectos biológicos, el papel de las radiaciones no ionizantes como agentes cancerígenos es polémico. Se piensa que, en todo caso, actuarían como promotores tumorales, con escaso o nulo poder inicial para convertir genes normales en oncogenes.
En muchos trabajos se ha determinado un mayor riesgo relativo de leucemias, tumores cerebrales y otros cánceres en sujetos que residen en las proximidades de las líneas de alta tensión y entre distintas poblaciones expuestas profesionalmente. La sospecha de asociación más firme se ha establecido con las leucemias infantiles.

También se han intentado relacionar con alteraciones del aparato reproductor, neurológico y cardiovascular, y con malformaciones fetales.

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